Enrique Martín Morales, Ricky Martin para los amigos, ya es español.
Aunque, creo que el titular acertado sería: Enrique Martín Morales, Ricky Martin para los amigos, ya se puede casar.
Y digo esto, porque aunque no dudo en absoluto del cariño y los lazos de unión que el artista boricua siente por nuestra tierra, además de estar en todo su derecho de solicitar nuestra nacionalidad, como cualquier otra; creo que el verdadero interés en su solicitud, tiene una cuestión de fondo que me merece la pena comentar.
Y es que como ya se sabe, Ricky Martin anunciaba su homosexualidad en 2010 y posteriormente presentaba en sociedad a sus dos mellizos, Matteo y Valentino, fruto de un vientre de alquiler, y a quien cuida junto a su pareja, el economista Carlos González.
Pero el cantante latino, con nacionalidad estadounidense no podía contraer matrimonio legal, ya que según las leyes vigentes en Puerto Rico, “salvo una enmienda constitucional o una ley federal, no es posible el matrimonio entre personas del mismo sexo”.
Por ello, abro el debate con la siguiente pregunta: ¿hasta que punto las leyes de un país deben ser favorables para los miembros de ese país, y que estos no tengan que recurrir a las leyes de otro, PARA SER LIBRES Y VIVIR SU VIDA LIBREMENTE?
Es muy lícito que Ricky Martin quiera ser español, para los españoles debe ser un orgullo que otras personas quieran adquirir nuestra nacionalidad.
Es muy lícito que su verdadero interés sea casarse o legalizar su situación familiar o hacer el pino con la cabeza, porque para eso somos libres.
Pero ¿es lícito que tenga que hacerlo en otro país porque en su lugar de origen no se lo permiten por una cuestión moral?
Este era el punto en el que yo quería incidir ya que creo que es elemento esencial de la noticia.
Y para finalizar, y cómo esta servidora ni pretende sentar cátedra ni nada que se lo parezca, ahí lo dejo a vuestra libre opinión, que seguro que será muy enriquecedora y siempre puede ayudar a que las cosas cambien, ¿o no?
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